- ¿Perdone?
- Sí, es que me salió un grano, me rasqué, se hizo costra y…
- Pero esto es un servicio de urgencias
- Ah, ¿Y en urgencias no tenéis tiritas o que? ”
Seguro que éste diálogo sorprende más a quienes no tenemos nada que ver con la vida laboral en la sanidad que a los propios enfermeros y médicos, sí, los pobres deben de estar ya curados de espanto, y no me extraña, porque éste es sólo un ejemplo de las innumerables sandeces que se podrían recopilar en un libro de tamaño enciclopédico (Y pondría la mano en el fuego porque se necesitarían mas de un tomo o de dos) que están acostumbrados a oír. Como quien llama por quinta vez consecutiva porque a su hijo no le baja la temperatura de 37,2 o quien intenta que le quiten un lunar por simples y banales motivos estéticos de forma gratuita. Y lo peor de todo es que esta serie de personajes soldatidos de la aprensión, intenta irritablemente justificar su abuso de los servicios médicos porque ellos los están pagando con sus impuestos (Ah, claro, se me olvidaba que su contribución es superior a la del resto de españoles, lo que les permite no sólo cubrir sus necesidades sino también sus necedades)
Cuando pienso en esto, no puedo olvidar aquel caso de la mujer que, después de recibir atención médica por un atropello de moto, volvió al hospital aquejándose de una pierna, y murió días después de una embolia, ya que el médico dictaminó que no la ocurría nada.
Y yo me pregunto si tendrá algo que ver, la actitud del médico que la atendió después de tantos y tantos otros casos que pasan el límite de lo superfluo a lo ridículo, y claro, cuando llega el caso de verdad, entonces…así, me es imposible no afirmar que estas visitas sabiendo de antemano que no son requisito de alguna manera influencia al sistema.
Puede que me influya el hecho de haber estado hace poco a las 1.30 de la mañana en la sala de espera de un hospital con una cola mayor que la de la pescadería, sin embargo creo que ya antes hubiera podido evidenciarme a mí misma la existencia de ese grupo (Donde he de puntuar que no incluyo a los hipocondríacos cuyo problema me parece mas respetable y serio). Ese conjunto de seres son los que tienen la poca vergüenza y la suficiente capacidad para soltar una de las perlas como las escritas ahí arriba. Tendrán mucho tiempo libre, o yo que sé, quizás sólo sean ganas de tocar los…los fonendoscopios, quería decir.